Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://deannaqbzj573612.blogolize.com/cómo-influyó-el-cabezazo-de-zidane-en-la-final-77584663